¿No hay nadie por estos lares que se atreva a crear una
serie de ficción como “House of Cards”?
Y no me diréis que no hay protagonistas en este país como para recrearla y
hacer no una sino todas las temporadas necesarias para poner en órbita la
corrupción y la influencia del poder político y financiero.
¿Ah que no sabéis de que va? Haber empezado por ahí…me
pongo a ello, a ver si consigo transmitiros un poquito la esencia de “House of Cards”, serie imprescindible
y necesaria para nuestra higiene mental y ¿democrática? O para entender si es
posible, cómo funciona el poder político y financiero.
Este drama político se desarrolla en Washington, donde
un fascinante embaucador, implacable y ambicioso congresista llamado Frank
Underwood (espectacular Kevin
Spacey) y su gélida y calculadora mujer Claire (robótica Robin Wright) gestionan y manejan a la
perfección los entresijos del poder y de su influencia para conseguir un puesto
importante en la Casa Blanca.
En la primera temporada Frank, conocedor de la
importancia de los medios de comunicación, utilizará a una joven ambiciosa y
prometedora periodista Zoe (grande Kate Mara) proporcionándole información privilegiada para
desestabilizar a sus adversarios y hundirlos en la miseria si es necesario con
tal de que no se interpongan en su camino hacia el poder político.
Y esa estrategia es la que utilizará cuando el recién
elegido Presidente de los Estados Unidos por el partido demócrata le diga que
no puede cumplir el acuerdo que tenía con él para que fuera Secretario de Estado. Frank maquinará una nueva forma de llegar al poder con el apoyo de su
esposa.
¿Qué hace que “House of Cards” sea diferente y
especial? Pues que tiene muchos ingredientes para recomendarla, para empezar
que está producida por David Fincher
y Kevin Spacey y dirigida por el primero en los dos primeros capítulos. Para
continuar, su factura recreando las élites política y financiera de Whasington en todo su esplendor, con
todo lujo de detalles donde no se escatiman medios. Cuentan que la primera
temporada costó unos 50 millones de dólares.
Pero si todo esto no te convence, puede que ver lo que
se cuece en los entresijos de una de las ciudades más poderosas del mundo como
es Whasington te anime a verla. Si quieres encontrar depredadores, estás en el lugar adecuado. Además hay que unirle la ambición
extraordinaria de su personaje principal, Frank Underwood por controlarlo todo
y a todos y su ejemplar interpretación egocéntrica con esas conversaciones
espontáneas en las que se dirige directamente a la cámara.
En el menú también entra todo lo que se te ocurra que
pueden hacer los políticos y poderosos por conseguir sus objetivos.
La
corrupción; el dinero lo compra todo, silencios,
voluntades, personas, puestos, contratos y les salva de situaciones peligrosas
(como cuando eliminan la detención del candidato a gobernador por conducir bajo
los efectos de las drogas y el alcohol, soberbio Corey Stoll).
La
ambición de todos los personajes como la de la
periodista Zoe que utiliza su cuerpo para conseguir influencia con el
congresista. La ambición de Claire, la esposa hierática que elige muy bien sus
palabras y sus acciones y aprovecha a la perfección su estatus de privilegiada.
Y claro la de Frank, lo que pasa que la suya se alza por encima de todos las
demás…
El
sexo
siempre se puede utilizar como moneda de cambio. “El sexo tiene que ver con el
poder”.
La
sofisticación es ejemplar en “House of Cards”. El poder
es sofisticado y también tiene que aparentar. No puede ser vulgar y ordinario,
necesita una puesta en escena y en esta serie, la tiene.
Y por último, os dejaré unas frases de Frank Underwood que reflejan a la
perfección su papel.
“La
democracia está sobrevalorada”
“Los
que tratamos de estar en lo más alto de la cadena trófica, no podemos mostrar
compasión. Solo hay una norma: cazar o permitir que te cacen”.
Pues eso...
Muy buena entrada Miguel Ángel, no sabía nada sobre esta serie..
ResponderEliminar¡Saludos y buen finde!
Gracias Hammer, los entresijos del poder se reflejan muy bien en House of Cards. Un saludo amigo.
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